Ingredientes:
– 1 taza de almendras crudas
– 4 tazas de agua filtrada
– 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
– 1-2 cucharadas de miel, jarabe de arce o dátiles (opcional)
– Una pizca de sal
Instrucciones:
- Remojar las Almendras:
– Coloca las almendras en un bol grande y cúbrelas con agua. Deja las almendras en remojo durante al menos 8 horas o toda la noche. Esto ayuda a ablandarlas y facilita el proceso de licuado.
- Enjuagar y Escurrir:
– Después del remojo, enjuaga bien las almendras bajo agua fría y escúrrelas.
- Licuado:
– Coloca las almendras en una licuadora de alta potencia junto con 4 tazas de agua filtrada. Licúa a alta velocidad durante 1-2 minutos hasta que las almendras estén completamente desintegradas y la mezcla esté homogénea.
- Colar la Leche:
– Coloca una bolsa para leches vegetales, una tela de muselina o un paño de cocina limpio sobre un bol grande. Vierte la mezcla de almendras y agua en la bolsa o paño para colar, exprimiendo bien hasta extraer todo el líquido. Desecha o reserva la pulpa de almendra para usar en otras recetas, como galletas o smoothies.
- Añadir Sabor:
– Vierte la leche colada de regreso en la licuadora. Añade el extracto de vainilla, la miel (o jarabe de arce, o dátiles) y una pizca de sal. Licúa nuevamente hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.
- Almacenar:
– Vierte la leche de almendras en una botella o jarra de vidrio con tapa hermética y refrigérala. La leche de almendras casera se mantendrá fresca en el refrigerador durante 3-5 días. Agita bien antes de cada uso, ya que puede separarse con el tiempo.
Disfruta de tu leche de almendras casera en café, té, batidos, cereales o simplemente sola como una bebida refrescante y saludable.